sábado, 22 de marzo de 2008

Henri Nouwen


Aquí les dejo la biografía de uno de los autores literarios que rápidamente se a transformado en un de mis favoritos. No pierdan la oportunidad y bendición, y averigüen sobre sus libros.
Henri Jozef Machiel Nouwen (Nijkerk, 24 de enero de 1932 – Hilversum, 21 de septiembre de 1996) fue un sacerdote católico holandés autor de más de 40 libros sobre Espiritualidad.Sus libros son muy valorados tanto por protestantes como por católicos. En el nombre de Jesús, Payasadas en Roma, La vida del amado, El regreso del hijo pródigo y El camino del corazón son sólo algunos de sus títulos más reconocidos. Después de casi dos décadas como profesor en la Menninger Foundation Clinic de Topeka, Kansas (EE.UU.) y en las Universidades de Notre Dame, Yale y Harvard, abandonó su trabajo para compartir su vida con discapacitados mentales en la comunidad de El Arca de Daybreak en Toronto (Canadá). Murió en septiembre de 1996 por un ataque al corazón.


"Die Rückkehr des verlorenen Sohnes." por Rembrandt Harmenszoon van Rijn. Nouwen escribió un libro, El regreso del hijo pródigo, basado en la contemplación del cuadro de Rembrandt, conservado en el Hermitage de San Petersburgo.Se pueden encontrar muchas influencias en su espiritualidad, especialmente su amistad con Jean Vanier, fundador de El Arca. Por indicación de este, Nouwen visitó la comunidad de El Arca en Francia, la primera de las casi 130 comunidades a lo largo y ancho del mundo donde personas con discapacidades mentales y del desarrollo viven y comparten su vida junto a los que les cuidan. En 1986, Nouwen aceptó el cargo de pastor en una comunidad de El Arca llamada Daybreak, en Canadá. Nouwen escribió un libro acerca de su relación con Adam, uno de los miembros más representativos de la comunidad, con profundas discapacidades, en un libro llamado Adam: el amado de Dios. El padre Nouwen era un gran amigo del después Cardenal Joseph Bernardin.
Fuente: Wikipedia

El empuje hacia abajo / Autor: Henri Nouwen

La compasión de Jesús se caracteriza por un empuje hacia abajo. Esto es lo que nos molesta. Nosotros no podemos ni pensar en nosotros mismos sino en términos de empuje hacia arriba, de movilidad ascendente en que luchamos por vidas mejores, salarios más altos y posiciones más prestigiosas. Por tanto, nos molesta profundamente un Dios que encarna un movimiento hacia abajo. En vez de luchar por una posición más elevada, por más poder y más influencia, Jesús va – como dice Karl Barth – de "las alturas a la profundidad, de la victoria a la derrota, de las riquezas a la pobreza, del triunfo al sufrimiento, de la vida a la muerte”. Toda la vida y misión de Jesús implica la aceptación de la impotencia y la revelación en esa impotencia del ilimitado amor de Dios.
Aquí vemos lo que significa compasión. No significa inclinarse hacia los desprivilegiados desde una posición privilegiada; no es un abrirse desde arriba a los desafortunados de abajo; no es un gesto de simpatía o piedad hacia quienes no han tenido éxito en el empuje hacia arriba. Por el contrario, la compasión significa ir directamente a las gentes y lugares en que el sufrimiento es más agudo, y construir allí un hogar. La compasión de Dios es total, absoluta, incondicional, sin reserva. Es la compasión de quien sigue yendo a los más olvidados rincones del mundo y que no puede descansar mientras sabe que hay seres humanos con lágrimas en sus ojos. Es la compasión de un Dios que no sólo se comporta como siervo, sino cuya servidumbre es una expresión directa de su divinidad.

El himno a Cristo (Fil. 2) nos hace ver que Dios revela su amor divino en su venida a nosotros como siervos. El gran misterio de la compasión de Dios consiste en que esta compasión, en su entrar con nosotros en la condición de esclavos, se nos autorrevela como Dios. Este gesto de hacerse siervo no es excepcional en su ser Dios. Su despojamiento y su humillaci6n no son un desvío de su verdadera naturaleza. Su llegar a ser como nosotros y su muerte sobre la cruz no constituyen interrupciones temporales de su propia existencia divina. Por el contrario, en Cristo despojado y humillado encontramos a Dios, vemos quién es realmente Dios, llegamos a conocer su verdadera divinidad. Precisamente porque Dios es Dios, puede revelar su divinidad en forma de siervo. Como dice Karl Barth: “Dios no toma como un deshonor el hecho de marchar a un lugar lejano y ocultar su gloria. Él se honra verdaderamente en su encubrimiento. Este encubrimiento y la consiguiente acomodación a nosotros son la imagen y la reflexión en que lo vemos como Él es." En su servidumbre, Dios no queda desfigurado, no asume algo que le resulte ajeno, no actúa contra o al margen de su ser divino. Al contrario, precisamente en esa servidumbre Dios elige revelársenos a si mismo como Dios. Por esto, podemos decir que el empuje hacia abajo, tal como lo vemos en Jesucristo, no es un movimiento con el que Dios se aleja de sí, sino un movimiento hacia sí mismo tal como Él es realmente: un Dios para nosotros, que vino a servir y no a ser servido. Esto implica muy específicamente que Dios no quiere ser conocido sino a través de la servidumbre y que, entonces, la servidumbre es la autorrevelación de Dios.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Oración de un niño: "Quiero ser un televisor"

Dios mío, tu que me quieres mucho, Quiero pedirte un gran favor: Hazme ser un televisor. Así mis padres me cuidarán como lo cuidan a él. Mami me mirará todos los días como mira su telenovela preferida, Papi me escuchará como al noticiero. Cuando alguien habla por la tele, toda la familia calla para escucharle, Quiero que, cuando yo me enferme, papi y mami se preocupen por mi como cuando se rompe la tele. Quiero ser televisor para ser el mejor amigo de mis padres y su héroe favorito. Dios mío, déjame ser televisor aunque sea un solo día.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Cæteris Paribus

Hoy quiero refeirme, o más bien dar una definición de un término muy usado en la economía. Mis profesores me lo dieron a conocer y hoy rescato una definición de la enciclopedia libre y es la siguiente:
Cæteris páribus, frecuentemente escrita como ceteris paribus, es una locución latina que significa "permaneciendo el resto constante". "Ceteris" significa "lo demás" o "el resto", como en "et cétera" ("y el resto") del que deriva la palabra "etcétera". "Par" significa "igual", como en la expresión castellana "a la par".
En ciencias se llama así al método en el que se mantienen constantes todas las variables de una situación, menos aquella cuya influencia se desea estudiar. Esto permite simplificar el análisis, ya que en caso contrario sería imposible dilucidar el efecto de cada variable individual. Si se utiliza reiteradamente el método variando ordenadamente cada una de las variables, y sólo esa variable por vez, es posible llegar a comprender fenómenos muy complejos.
Todos los días se aprende algo nuevo.

martes, 7 de agosto de 2007

Si al Matrimonio, No al Matricidio

Es bien común, en estos tiempos, escuchar comentar o simplemente carcajear sobre "matricidio" el haciendo referencia a que el matrimonio está cada vez más en convertirse en un crimen. Puede ser divertido o no, pero lo que se refiere a mi postura es que nuestra generación tiene que ser la encargada de volver a encantarnos con el matrimonio, muestra de una unión de amor bendecida por Dios y bajo los aspectos legales de una nación.

Hoy les puedo comentar que varios de mis amigos han creído que siendo jóvenes pueden vincularse de forma perpetua con alguien de su sexo opuesto... puedo recordar a Pame y Felipe, Javier y Carla, el CondeVilugron y su esposa, Verito y Valdy, Anderson y Pauly, Leo y Angela, Natalia y esposo, entre muchos más...


Hoy traigo al taprete a uno de los grandes, próximo a asumir este sueño, y por el cual tengo algunas imagenes fresquitas de su despedida de soltero. Leonardo Figueroa Candia quien contraerá matrimonio con Claudia Sanhueza Espinoza.
La despedida de soltero fue en referencia a Reino Unido, en especial a Inglaterra, pués luego de casados se irán a vivir a esas tierras.
Dios esté con ustedes amigos y nunca dejen de creer en que se puede vivir en familia, bajo el vínculo del matrimonio.
Lo que Dios une, que no lo separe el hombre.